Última actualización en septiembre 18, 2024 por Ecologica Life
Un reciente descubrimiento en la India ha revelado el misterioso enterramiento de crías de elefante, lo que plantea preguntas intrigantes sobre la vida emocional de estas majestuosas criaturas. Las circunstancias que rodean estos hallazgos son inusuales y pueden sugerir un comportamiento más profundo, quizá ritual.
En este artículo analizaremos las circunstancias del descubrimiento, el comportamiento de los elefantes y otros animales y las interpretaciones e implicaciones de los enterramientos de animales.
Índice
El descubrimiento de crías de elefante enterradas
En un estudio histórico publicado en el Revista de Taxones Amenazados, investigadores arrojan luz sobre un descubrimiento fascinante y un tanto espeluznante. En las plantaciones de té del norte de Bengala (India), los científicos descubrieron cinco casos distintos de cadáveres de crías de elefante enterrados en acequias.
Lo que hace que estos hallazgos sean especialmente intrigantes es la peculiar posición de los terneros: cada uno se encontró con las piernas erguidas, una postura que sugiere que fueron colocados en estas zanjas post-mortem. Puede ver la imagen del entierro aquí (la imagen puede resultar perturbadora para algunos espectadores).
Los investigadores observaron que el suelo alrededor de estas crías enterradas mostraba signos de haber sido compactado por las patas de varios elefantes, lo que les llevó a plantear la hipótesis de que estos animales podrían haber participado en algún tipo de ritual o actividad de grupo en torno al enterramiento.
Los propios terneros presentaban lesiones consistentes con haber sido arrastrados tras la muerte, lo que apoya aún más la idea de una colocación deliberada por parte de los miembros supervivientes de la manada.
Comprender el comportamiento de los elefantes
Se ha observado que los elefantes muestran respuestas complejas e intrigantes ante la muerte, como cargar con cadáveres de bebés muertos. También sabemos que muestran un gran interés por los cráneos y el marfil de su propia especie. Otras reacciones ante sus muertos incluyen investigar en silencio, olfatear y tocar partes del cuerpo de una forma que podría indicar que quieren mover o despertar al elefante muerto. En algunas ocasiones, también colocan barro o grandes hojas de palmera sobre los cadáveres de sus parientes muertos.
Estos comportamientos pueden sugerir que los elefantes experimentan la pena y el duelo de formas que solemos asociar con los humanos.
¿Son intencionados los enterramientos de elefantes?
Aunque este descubrimiento es muy intrigante, es demasiado pronto para decir con seguridad si estos enterramientos son intencionados, ya que no se han observado directamente.
Otra explicación es que los terneros muertos o débiles estaban siendo transportados cuando cayeron en las zanjas. Esto podría haber causado pánico entre la familia, provocando el colapso de las zanjas.
Historia de los entierros
Las pruebas arqueológicas sugieren que nuestros antepasados homínidos enterraban a sus muertos desde hace al menos 100.000 años, quizás incluso más. Los entierros nos fascinan por lo que sugieren sobre las mentes de quienes los realizan. Sugiere una expresión de dolor, un reconocimiento y conciencia de que alguien de tu círculo social ha fallecido y no volverá. Es una forma de honrar a los muertos, y para ello se necesita al menos una comprensión de lo que es la muerte.
Se ha dicho que nuestra respuesta a la muerte es indicativa de nuestra humanidad. Ninguna otra especie que conozcamos entierra a sus muertos de forma tan sistemática y ritual como los humanos.
¿Cómo reaccionan otros animales ante la muerte?
Los elefantes no son las únicas criaturas que muestran reacciones interesantes ante la muerte. Los cuervos, por ejemplo, se reúnen a menudo en torno al cadáver de otro cuervo (lo que suele llamarse un funeral). Se cree que lo hacen para recabar información sobre lo que le ha ocurrido a su congénere. Parece que utilizan esta información para mejorar sus posibilidades de supervivencia.
Por otra parte, se ha observado a urracas colocando hierba u otros objetos cerca de compañeros fallecidos, un comportamiento que algunos interpretan como una forma de homenaje o duelo.
Algunos insectos, como las hormigas, liberan sustancias químicas u olores cuando mueren. Otras hormigas retiran la hormiga muerta y, en algunas especies, la entierran. Sin embargo, es posible que no se trate de un duelo, sino de una estrategia de gestión de cadáveres para limitar las enfermedades procedentes de ellos. Lo sabemos porque cuando estas sustancias químicas emitidas por las hormigas muertas se aplican sobre una hormiga viva, sus compañeras arrastrarán al desafortunado individuo a una distancia segura. Este experimento se ha reproducido incluso con ratas, que intentaban enterrar palos de madera con olor a "muerte".
Las ballenas y los delfines, conocidos por su gran inteligencia y sus fuertes vínculos sociales, también muestran comportamientos que podrían interpretarse como luto. Se han visto manadas de delfines apoyando a individuos muertos o moribundos, cargándolos a la espalda o permaneciendo cerca de ellos durante largos periodos. En un caso notable, una orca hembra llamada Tahlequah cargó con su cría muerta durante 17 días y más de 1.000 millas, un acto que atrajo la atención mundial y suscitó preguntas sobre la profundidad del duelo en estos animales.
En los primates no humanos, las reacciones ante la muerte varían de una especie a otra. Sin embargo, al igual que ocurre con los elefantes, se ha visto a muchas madres primates cargar con sus crías muertas, aunque los lémures y los tamarinos no tienen este comportamiento. Se sabe que los chimpancés de Bossou transportan los cuerpos de sus crías muertas durante semanas después de su muerte, hasta que los cadáveres se momifican. Las madres cuidaban de sus crías como si aún estuvieran vivas, aunque la forma en que las llevaban sugiere que entendían que estaban muertas. Se ha observado que otros primates llevan a sus crías momificadas, aunque esto suele ocurrir en entornos especialmente fríos o secos que favorecen el proceso de momificación. Por tanto, hay que tener cuidado de no confundir la pena materna con alguna peculiaridad debida a algún capricho del hábitat local.
También se han observado cambios en la actividad social tras la muerte de un primate adulto, como la vigilancia o la visita al cadáver. Se ha sugerido que esto permite a los primates aprender sobre los cadáveres y cómo reclasificarlos de vivos a muertos -una parte esencial del duelo-, así como informar sobre posibles cambios en la jerarquía del grupo.
Conclusión
Este descubrimiento nos da una posible visión de lo que pasa por la mente de los elefantes. Las verdaderas motivaciones y la conciencia que hay detrás de estas acciones siguen siendo un misterio.
El contexto más amplio del comportamiento animal en respuesta a la muerte, desde los "funerales" de los cuervos hasta los rituales de duelo de primates y cetáceos, significa que los elefantes no son los únicos que muestran respuestas a la muerte, relacionadas con el duelo o de otro tipo. Sin embargo, es difícil distinguir entre los entierros de duelo y los entierros como mecanismo de supervivencia (por ejemplo, para aprender del cadáver o evitar la propagación de enfermedades), así como el solapamiento entre ambos. Esto puede hacer que los límites de lo que consideramos "exclusivamente humano" sean algo borrosos.
Tanto si los elefantes entierran a sus muertos como si no, sus vidas, emociones y relaciones sociales son mucho más complejas de lo que muchos de nosotros les atribuimos. Deberíamos seguir estudiando a estos animales para comprendernos mejor a nosotros mismos y apreciar más profundamente el mundo natural.