El coste económico de la contaminación atmosférica

Última actualización en abril 18, 2024 por Ecologica Life

El Centro de Investigación sobre Energía y Aire Limpio (CREA) ha publicado un evaluación del coste económico mundial de la contaminación atmosférica procedente de combustibles fósiles. El informe, publicado en 2020, destaca lo siguiente:

Los costes económicos de la contaminación atmosférica por combustibles fósiles se estimaron en $2,9 billones de dólares en 2018, o 3,3% del PIB mundial, sustancialmente más allá de los costes probables de las reducciones rápidas de consumo de combustibles fósiles

Se calcula que la contaminación atmosférica provocada por las emisiones de combustibles fósiles causó 4,5 millones de muertes en 2018. Cada muerte supone una pérdida media de 19 años de vida.

Los altos niveles de contaminación por partículas de combustibles fósiles (PM2,5) fueron responsables de 1.800 millones de jornadas laborales perdidas, 4 millones de nuevos casos de asma infantil y 2 millones de nacimientos prematuros. Éstos son sólo algunos de los efectos sobre la salud que influyen en el bienestar, la productividad económica y el gasto sanitario.

Si desea saber más sobre los tipos de contaminación atmosférica, consulte este artículo

Gráfico que muestra los costes económicos de la contaminación atmosférica por combustibles fósiles en cada país como porcentaje del PIB en 2018

Cómo afecta la contaminación atmosférica a la economía

Vamos a desglosarlo:

Pérdida de mano de obra y disminución de la productividad

La exposición a la contaminación atmosférica aumenta el riesgo de enfermedades como el asma, la diabetes, las cardiopatías, los accidentes cerebrovasculares y las enfermedades respiratorias crónicas. Esto provoca una reducción de la capacidad de trabajo, una disminución de la participación laboral y un aumento de los gastos sanitarios. Para quienes ya tienen problemas de salud, la contaminación atmosférica aumenta el riesgo de desarrollar complicaciones derivadas de estos trastornos.

El aumento de los ataques de asma y de los días de baja por enfermedad en los niños afecta a los resultados de aprendizaje en la escuela, incrementa los costes sanitarios y con frecuencia obliga a sus cuidadores a ausentarse del trabajo. El aumento de las infecciones respiratorias y otras enfermedades leves en adultos incrementa el absentismo laboral.

Los nacimientos prematuros relacionados con la exposición a la contaminación atmosférica aumentan los costes sanitarios y los riesgos de numerosas afecciones durante toda la vida de los bebés afectados.

Ecosistemas y biodiversidad dañados (destrucción de recursos naturales)

La capacidad de los ecosistemas para funcionar y prosperar se ve perjudicada por la contaminación atmosférica, especialmente por las emisiones de azufre y nitrógeno, así como por el ozono troposférico. Las emisiones de dióxido de azufre y óxido de nitrógeno provocan la "lluvia ácida", que aumenta la acidez del agua, la vegetación y los suelos y tiene un impacto negativo en la flora y la fauna.

Al final, la acidificación repercute en la capacidad de los ecosistemas para ofrecer "servicios ecosistémicos". Estos incluyen el suministro de agua y el ciclo de nutrientes y carbono, que son esenciales para el planeta y la vida humana.

Cambio climático acelerado

Lo primero que viene a la mente cuando se habla del cambio climático son los gases de efecto invernadero. Estas sustancias atrapan el calor del sol en la atmósfera terrestre e impiden que se irradie al espacio. Produciendo lo que se conoce como efecto invernadero.

El dióxido de carbono (CO2) es el gas más frecuentemente producido por la actividad humana. Aproximadamente 64% del calentamiento global causado por el ser humano se debe al CO2. El CO2 se produce en la extracción y combustión de combustibles fósiles como el carbón y el petróleo. El dióxido de carbono puede permanecer en la atmósfera durante miles de años, lo que hace que su impacto en el medio ambiente sea más significativo.

Proyecciones para el futuro de nuestro aire

Según las previsiones de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), el aumento de la actividad económica y de la demanda energética provocará un gran incremento de las emisiones mundiales de contaminantes atmosféricos en ausencia de nuevas restricciones más estrictas.

Se prevé que el aumento de las emisiones de contaminantes atmosféricos provoque una mayor ozono troposférico y las concentraciones de PM2,5. Las concentraciones medias de PM2,5 y ozono ya son muy por encima de los niveles recomendadas por las directrices de calidad del aire de la OMS para la mayor parte de la población mundial.

El aumento previsto de la contaminación por PM2,5 y ozono tendrá a su vez efectos sustanciales sobre la economía y la salud pública. Para 2060, el número anual de jornadas laborales perdidas aumentará de 1.800 millones a 3.700 millones. Se prevé que el número de muertes prematuras debidas a la contaminación atmosférica aumente de 4,5 millones a 6-9 millones al año en 2060, especialmente en zonas de alta densidad como China e India.

¿Cómo afrontar el problema de la contaminación atmosférica?

Si se aplican correctamente, las políticas de control de las emisiones de contaminantes atmosféricos mejorarían la calidad del aire, reducirían la probabilidad de efectos sanitarios extremadamente graves y producirían importantes beneficios colaterales para el medio ambiente. Las posibles repercusiones económicas de los efectos de la contaminación atmosférica exterior son graves y subrayan la necesidad de una acción legislativa enérgica.

No existe un método único para reducir los efectos de la contaminación atmosférica. Las políticas deben adaptarse a las condiciones locales únicas, ya que las fuentes de emisión de contaminantes atmosféricos y los efectos económicos de la contaminación atmosférica están distribuidos de forma muy desigual en las distintas regiones. Sin embargo, las políticas que fomentan el uso de dispositivos de final de líneaLa imposición de normas de calidad del aire y la tarificación de las emisiones contribuirán sin duda a evitar las peores consecuencias.

A largo plazo, la política medioambiental beneficiará a la economía porque fomenta el uso eficiente de los recursos, y los beneficios para la salud, que impulsarían el PIB al hasta 10%. Los precios de fabricación de los equipos necesarios se reducirán a medida que se amplíe el mercado de las tecnologías limpias. Los países que avancen primero ampliarán sus posibilidades de crecimiento de la industria de tecnología limpia.

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